El artículo me ha recordado la entrada en Wikipedia sobre el conocido Sesgo de confirmación y como influye en todos nosotros de manera inconsciente. Algo apasionante y que convendría tener siempre muy presente en el momento de difundir una opinión.
¿Por qué no cambiamos de opinión aunque nos demuestren que estamos equivocados? | Ciencia | EL PAÍS: Los datos contrastados convencen menos que los mensajes emocionales. Diversos estudios revelan las limitaciones de la razón.
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