El artículo me ha recordado la entrada en Wikipedia sobre el conocido Sesgo de confirmación y como influye en todos nosotros de manera inconsciente. Algo apasionante y que convendría tener siempre muy presente en el momento de difundir una opinión.
¿Por qué no cambiamos de opinión aunque nos demuestren que estamos equivocados? | Ciencia | EL PAÍS: Los datos contrastados convencen menos que los mensajes emocionales. Diversos estudios revelan las limitaciones de la razón.
Nacido en 2007, cuando todavía no habían explotado las redes sociales, este blog empezó como un pequeño radar de eventos y vida cultural donostiarra que quería compartir. Con el tiempo fue mutando hasta convertirse en un archivo misceláneo y personal: lecturas, ideas y hallazgos sobre cultura, ciencia, tecnología, psicología y sociedad, mirando más allá e la antigua vocación de agenda.
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